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domingo, 16 de diciembre de 2018

Miguel Angel Zapata - Existe una relación entre las artes






El patio de Franklin Square


I)

Apoyado en lo invisible el dolor es un chorro de agua fresca en tu corazón. El vacío derrotado y la herrumbre del vino refulgen con el agua alterada por la lluvia. Nada se ha escrito aun sobre el cielo de este patio. Todo es solo un intento de las esferas por describirlo, señales de humo para el destello de la oración. Hay una luz natural en su sosiego, destino que se vuelve elevación. El cielo rojo dialoga con la sombra de los pájaros. Después de llover la luna llena es un crucigrama de sorpresas.


II)

Vivimos en un patio con cinco pinos, un rosal púrpura, sombrilla parda, setenta pájaros, cinco palomas, un gavilán y el conejo de la fuente. En este patio las palabras se hacen agua y los labios remendados balbucean. El patio es el paraíso de mi bicicleta. Aquí la estaciono y puedo sentir sus ruedas volar entre los pinos. Cada mañana desayunamos bajo un toldo pardo y una mesa de acero con sillas de verano. El café con crema y el pan caliente con mantequilla, la felicidad. Aquí renace el espejo anudado, el color del cielo al revés.






ENTREVISTA

FiIPA(E):  Empezamos esta entrevista por mensajes de audio, y el video "Una relación entre las artes" es el resultado, ahí hablas de una relación que existe en las artes– una relación especialmente estrecha entre la pintura y la poesía, lo explicas sobre todo a través de la vista, digamos el sentido visual, las imágenes que el escritor es capaz de transmitir, que tu personalmente puedes transmitir por lo mismo... A mi me interesaría que hablaras un poco de la musicalidad también. Que nos dijeras algo del papel del oído, ya que, serás un pintor frustrado, pero no un músico frustrado.  Tocas el cajón bastante bien.  Pero, en serio, en mi experiencia, tienes un oído muy fino para los ritmos y las texturas de la poesía.  Cuéntanos un poco acerca de este otro sentido y la relación entre la musicalidad y la poesía... No solo desde la perspectiva académica, o intelectual, pero como tu lo experimentas como artista.


MAZ:  Se podría decir que sin ritmo no puede existir la poesía, y de ahí su cercanía con la música. Sí, es cierto que no funcionó mi relación con la pintura a nivel de practicante, pero si me despertó aún más intensamente un amor insoslayable por ella. Pienso que, el hecho de tocar algunos instrumentos de percusión te hace pensar el poema como un sonido preciso, es decir; lo tocas en el oído: marcas su paso con detenimiento, y sabes, cuándo una palabra no está en su lugar, como una nota musical que desentona en el pentagrama. Así funciona la poesía en mi caso: la leo en voz alta, y se cuáles son las notas (palabras) que tengo que eliminar. En el caso del Cajón (instrumento de percusión de origen afro-peruano), el cual para tocarlo es necesario tener “buen oído”, nada más. Por su puesto, el oído guía tus manos y tus dedos en la madera, y de esta manera puedes sentir la vibración en tu corazón, igual a la emoción que produce una palabra o una serie de palabras en un buen poema. Fernando Pessoa escribió algo esencial al respecto: “Pienso con los ojos y con los oídos/ y con las manos y los pies/ y con la nariz y con la boca. / Pensar en una flor es verla y olerla/ y comerse un fruto es entender el sentido” En suma, el verdadero sentido de la poesía es su música, el ritmo que guarda en el oído del poeta, la entonación de las sílabas escritas precisamente para crear una emoción en el lector. La música primero, enseguida las palabras.



Miguel-Ángel Zapata, poeta y ensayista peruano, ha publicado recientemente tres antologías de su poesía: Hoy dejó de ser invierno por un día (Buenos Aires: El Suri Porfiado, 2017), La nota 13 (Bogotá: Los Torreones, 2015), y Hoy día es otro mundo (Granada: Valparaíso, 2015), y la traducción de su poesía selecta al italiano: “Uno escribe poesia camminando” (Antologia personale 1997-2015), trad. de Emilio Coco (Roma, Ladolfi Editore, 2016).  También destacan los poemarios: La ventana y once poemas (México: Cuadrivio, 2014), La lluvia siempre sube (Buenos Aires: Melón Editores, 2012), Fragmentos de una manzana y otros poemas (Sevilla: Sibila- Fundación BBVA, 2011), Ensayo sobre la rosa. Poesía selecta 1983-2008 (Lima: Universidad San Martin de Porres, 2010), Los canales de piedra. Antología mínima (Valencia, Venezuela: Universidad de Carabobo, 2008), Un pino me habla de la lluvia (Lima: El Nocedal, 2007), Iguana (FCE, 2005), Los muslos sobre la grama (Buenos Aires: Bohemia, 2005), El cielo que me escribe (Mexico: El Tucán de Virginia, 2002), Escribir bajo el polvo (Lima: El Santo Oficio, 2000), Lumbre de la letra (Lima: El Santo Oficio, 1997), Poemas para violín y orquesta (México: Premia, 1991), Imágenes los juegos (Lima: INC, 1987), entre otros. Su poesía ha sido traducida al inglés, francés, italiano, portugués, árabe y ruso. 

En su obra crítica y ensayística destacan: Vuela un cuervo sobre la luna. Muestra de poesía española contemporánea: 1959-1980 (Nueva York: Hostos 2014), La voz deudora. Conversaciones sobre poesía hispanoamericana (Con Ilán Stavans) (Lima- México: Fondo de Cultura Económica, 2013), Vapor trasatlántico. Estudios sobre poesía hispánica y norteamericana (Lima-México: FCE-Universidad de San Marcos, 2008), Asir la forma que se va. La poesía de Carlos German Belli (Lima: Universidad de San Marcos, 2006), El hacedor y las palabras. Diálogos con la poesía de América Latina (Lima- México: FCE, 2005), Nueva poesía latinoamericana (México: UNAM, 1999), Metáfora de la experiencia. La poesía de Antonio Cisneros (Lima: PUCP, 1998), entre otros. Estudió Sociología y Letras en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y obtuvo su doctorado en Filosofía y Letras en Washington University, Estados Unidos. Ejerce de catedrático de literatura latinoamericana y Escritura Creativa en Hofstra University, New York. 

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