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miércoles, 1 de noviembre de 2017

Alicia Salinas - Argentina

Poemas del libro “Tierra”, (Buenos Aires, 2017, editorial la mariposa y la iguana)


Níspero

Del jardín algo cesa.
Al camino de grava
percude el césped
en su conquista del espacio.

Quizá convenga
el próximo desbarajuste.

A veces las apuestas fracasan
y se impone comenzar de nuevo.

Como la efigie de un níspero,
pequeño y áspero, tras una verja
ajena. Fuente de los alquimistas
que desata los nudos.


La cicatriz

Un hilo atraviesa el campo,
de poste a poste corta
el cielo con su filo. Tanza
indómita desangra el progreso
del próximo pueblo.

Noche de estrellas perfectas
a la salida de la ciudad.
Fuimos a comer lejos del ruido,
se hizo tarde sobre el negro mar
sin horizonte ni puntos cardinales.

Dónde buscar ya no el daño
sino la cicatriz.




Exilio

Llegaron desde tierras áridas
y amaban tanto lo suyo que, con el tiempo,
la sangre en los pedruscos
se convirtió en semillas de granada.

Por redimirlos
recojo cada una
con exactitud de ángel.

Al arquearme, se riega aquel jardín
y es más fácil olvidar lo perdido.

Lejos de la planicie y de la pampa,
de los mundos que deben ser dejados
para empezar de nuevo.

Todo abandono es un exilio y viceversa.



Ya vamos, mamá

Más lento el reino de las cosas imperfectas,
allí no se controla lo mínimo.
El jardín abjura de sus propios dramatismos
como esas personas que padecen
y sin embargo eligen
poner la cara al sol o dibujarse
rayos amarillos y naranjas.

Sol sobre las hojas del otoño
en el jardín que cultivamos.
“Vamos”, llama la madre
desde aquel tiempo.
“A tomar la leche”.

Pero falta todavía contemplar la flor
desprenderse del tallo, al menos
un instante. Y aprender del conjunto.




Ribereña

Años después de vivir contra el río,
lo que fluye
persevera y purga.
Agua siempre adelante.

En la orilla se remeda todo pasado,
vuelvo al ruedo. En qué cuenco
el silencio de los ceibales.

Desde la isla resplandece
la dentadura vertical de las torres,
antes patios con jazmines.
Dónde está quien espera,
quien no olvida.

Como el río enloda los ramajes,
arrastro siempre una pena.
¿Y si busco lo que no es posible?
¿Han demolido también la casa
de los que me amaron, ya no saben
cómo encontrarme?

Falso Manhattan, la soledad era esto.    





Alicia Salinas. Nació en 1976 en Rosario, Argentina, donde siempre ha vivido. Es mujer madre. Trabaja como periodista, comunicadora social y docente. Escribe poesía y obras de teatro. Ha sido incluida en publicaciones literarias de otros países, y en varias antologías locales y nacionales. Ha publicado tres libros de poesía: La sumergida (Rosario, 2003); Gallina ciega (Rosario, 2009) y Tierra (Buenos Aires, 2017). “Gallina ciega” y otros poemas suyos fueron traducidos al inglés. Participó en festivales internacionales de poesía, entre otros espacios de lectura e intercambio de la experiencia poética. Como periodista, recibió en dos oportunidades el Premio Juana Manso, categoría prensa gráfica, otorgado por el Área de la Mujer de la Municipalidad de Rosario.

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