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miércoles, 1 de noviembre de 2017

Francisco Antonio Maurial - Perú

Sunday howl (Aullido dominical)

Estamos en tierra: ¡Nos habla Madre!
Estamos en tierra: ¡Ser de Madera!
Madre madera…¿Estás dejándonos solos…?

¡Escucha este fuego donde yace tierno el deseo humano
De crecer hasta los cielos!

Hermana, flor de fuego: Nada, es algo que no muera.

Tu raíz alimenta en nuestra piel.
Tu sangre brota del crisol de nuestros trabajos.

Hermana flor…No sufras este oscuro desengaño.
Oscuro porque ves entre parpadeos la luz de esta hoguera.

Madre y madera: Dos lados del plano centro de este sol invertido.
Ahora es agua que fluye hacia el cielo.
Después, gota de luz que vuela a salvo de este encierro.

Ojo, que hay que mirar el final que nace en los brotes del huerto.
Ojo, las espinas que asoman el vértice mínimo con que abren el aire en busca de un respiro.
Ojo y tacto del sonido, que dos ramas rozan su corteza hasta saber el sentido,
Que ayer…la voz del jardín puso en aviso de nuevas estrellas.
Ojo y silencio hasta el desmayo…
Qué sabio conocimiento tiene la puerta vieja

Que cruje hasta que pase el tornado.

—Francisco Maurial



A life

Ayer ha nacido un río.
Aún no tiene nombre ni nadie que se atreva a decir
                                                             que es su dueño.
Pero ha nacido en las cochas y en los orígenes mismos del misterio:
Del fondo de la tierra, y también traído por el sol, el viento y el cielo.
No tiene padre, pero tiene la furia del fuego,
No tiene madre, pero suena a flor que se dispersa con las aves.
Aúlla como lobos  y  gime caricias de fieras.

Han avisado a las gentes para que lo dejen pasar
Por las anchas avenidas
Y que en baja voz respeten sus silencios de arroyo.

De las escuelas vienen al campo a ver pasar sus espumas.
Las autoridades hablan de hacer puentes y bulevares a su paso por la ciudad.

Los ojos del mundo parpadean entre pausas de campanarios
Y surgen las olas instantáneas de la tórrida corriente, la furia
De un río adolescente que nunca duerme y siempre avanza.
Está la luna confundida entre su espejo en el mar
Y su cabello transparente de estelas fugaces en el caudal,
Donde peces y piedras circulan en glóbulos de vida y muerte pasajera.

Ayer ha nacido un río y se está llevando ya los caminos
Y las curvas de las quebradas; desviste al silencio de su letargo
Y le habla a los valles en su hablar mojado,
Donde la siembra y la cosecha se quedarán hurgando en barro.

El río tiene un corazón en movimiento,
Uno que se pasa de largo las iglesias de la plaza
Y que desciende hasta las vastas manos de los deltas.
Al océano no le ofrece un cuchillo a la garganta,
Sino el retorno de una vida a sus fuentes.


—Francisco Maurial 




Francisco Antonio Maurial (Lima, 1964) Ha hecho una antología de cuentos hispanoamericanos con fines didácticos, como Memoria de investigación para el Máster en Enseñanza de Español (ELE) en la Universidad de Salamanca, España, donde obtuvo Summa Cum Laude. La Universidad de Lima auspició sus poemarios de juventud,  "Feria personal" (1990) y "Acuario nocturno" (1994). En dicha Casa de Estudios se graduó en Comunicaciones. Ha publicado una novela breve, "El rayo de la serenidad" (2010). Actualmente se dedica a la edición de revistas, publicaciones corporativas y libros, en cuidado de edición. Tiene en preparación un nuevo libro de poesía. Es aficionado a la guitarra acústica y a la fotografía. 



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