EL ARTE COMO SÍNTOMA. EL ARTE COMO REMEDIO Y ENFERMEDAD,
COMO MEDICINA Y VENENO, SALUD Y CURACIÓN
El mundo actual, la sociedad de la información, están
enfermos. Toda enfermedad anuncia y declara un desequilibrio en nuestro
organismo. Una gran parte de nuestros males y enfermedades tienen que ver con
nuestra alimentación y con nuestra dieta; se trata sobre todo de desequilibrios
y excesos que perjudican gravemente nuestra vida cotidiana y nuestro futuro…
¿Qué enfermedades provocadas por nuestros hábitos
cotidianos? Primero, todas las que suponen excesos: exceso de información,
exceso de imágenes, exceso de violencia, exceso de apetencias materiales
(codicia), exceso de responsabilidades (estrés), exceso de cinismo, exceso de
especulaciones y crisis, de politiquería y demagogia... Por ejemplo, un exceso
de información indiferenciada, de “spam” de fake news, posmentiras y
posverdades, nos producirá inevitablemente una arteriosclerosis múltiple en
nuestros miembros, nuestras arterias y circuito sanguíneo, nuestro sistema
neurocerebral, como poco, nos quedaremos lelos… Hay que racionar e ir
desechando esa basura, ponernos a dieta de información. Hay que saber qué es
grasa y qué es proteína en información, qué es fibra, qué es glucosa (esas
cosas del corazón, esos programas de TV de petardos y petardos vociferantes,
contertulios gritones, entre otros) y qué son vitaminas, minerales y
antioxidantes en nuestra vida cotidiana, en nuestra sana búsqueda de noticias y
acontecimientos estimulantes. Sin duda, es necesaria una dieta nueva y un modo
distinto de cocinar y alimentarse… ¿O no?
El arte puede proporcionarnos esa dieta equilibrada que
necesitamos. Es necesario reflexionar y conocer las potencialidades simbólicas
y analógicas del arte, también sus específicos modos de cocinar, de presentar y
representar las cosas, de digerir cada una de sus propuestas estéticas y
visuales. El ARTE propone una dieta sustitutiva, pero también un nuevo
equilibrio con otros deliciosos excesos, en este caso “liposolubles”, a modo del
llamado colesterol “bueno”: por ejemplo, un incremento de evocaciones (de
nuestra propia memoria y espíritu), imágenes únicas pero poderosas, exceso
feliz de sensaciones y sentimientos, de pasiones imaginativas, una sobredosis
de placer estético y/o intelectual... ¿Por qué no?
Pablo J. Rico
Imagen: Giorgio de Chirico, Still Life with Silver Ware,
1962, col. Particular.
Pablo J. Rico. Mallorca, España, y Ciudad de México
Director de museos y fundaciones; curator / curador /
comisario de exposiciones; editor y escritor; promotor y consultor de proyectos
culturales y artísticos, profesor y conferenciante, coaching art...
pablojrico@gmail.com
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